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Cuentos para contar,

cantar y nunca acabar

 


Un día me puse a contar cuentos; un cuento, dos cuentos, tres cuentos, cuatro… Era un poco aburrido. Entonces decidí contar cuentos como: Había una vez… Érase que se era… Esta es la historia de… Contando y contando me salió la cuenta. Resulta que entre contar y cantar solo hay una letra de diferencia. Bueno y tener un poquito de oreja. Los cuentos de nunca acabar vinieron detrás, de la mano, haciendo un corro chirimbolo o un corro de la patata. También contaban y cantaban, así que les dejé pasar. Aquí se puede ver la transformación fantástica de la hoja en pez, el número del gato con las orejas de trapo y la barriga del revés, quieres que te lo cuente otra vez, la canción del pajarito que mueve el piquito y muchas más que pronto podrás disfrutar. 

Cuentos para contar, cantar y nunca acab
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